miércoles, 20 de noviembre de 2013

Biblio

La siempre estimulante, mutante y radicante Sonix Gonorazky me pasa dos prometedores textos que voy a tratar de leer apenas me haga un ratito:

Mundo extenso. Ensayo sobre la mutación política global, de Fernando Peirone (Fondo de Cultura Económica)

y

Radicante, de Nicolás Bourriaud (Adriana Hidalgo Editora) 




Del primero, comparto una linda entrevista que le hicieron en la Revista Ñ (acá). Y del segundo, un fragmento de la Introducción:


Hablemos de botánica. Al organizar las condiciones materiales del movimiento, el m u n d o contemporáneo facilita nuestros transplantes. Macetas, viveros, invernaderos, pleno campo... ¿Fue una casualidad si el modernismo elogió, desde su inicio hasta su fin, la raíz? Fue radical. Los manifiestos artísticos (o políticos) llamaron, a lo largo del siglo XX, a volver al origen del arte o de la sociedad, a su depuración para hallar de nuevo su esencia. Se trataba de cortar las ramas inútiles, de sustraer, de eliminar, de reiniciar el m u n d o a partir de un principio único presentado como la fundación de un nuevo lenguaje liberador. Apostemos a que la modernidad de nuestro siglo se inventará, precisamente, oponiéndose a cualquier radicalismo, condenando por igual la mala solución del re-arraigo identitario y la estandarización de los imaginarios decretada por la globalización económica. Porque los creadores contemporáneos ya plantean las bases de un arte radicante - término que designa un organismo que hace crecer sus raíces a medida que avanza. Ser radicante: poner en escena, poner en marcha las propias raíces en contextos y formatos heterogéneos, negarles la virtud de definir completamente nuestra identidad, traducir las ideas, transcodificar las imágenes, transplantar los comportamientos, intercambiar en vez de imponer. ¿Y si la cultura del siglo XXI se inventara con esas obras cuyo proyecto es borrar su origen para favorecer una multiplicidad de arraigos simultáneos o sucesivos? Tal proceso de obliteración pertenece a la condición del errante, figura central de nuestra era precaria, que emerge y persiste en el seno de la creación contemporánea. A esta figura la acompaña un dominio de formas, el de la forma-trayecto, y un modo ético: la traducción, de la que este libro quisiera enumerar las modalidades y demostrar el papel fundamental que desempeña en la cultura contemporánea.


Todo el libro ONLINE acá!

Gracias Sonki!! Me vienen al pelo.

1 comentario:

  1. ajaja! grx por el cumplido! una siempre está más atrás de las expectativas que se (auto)genera. Si tengo un rato extra de dispersión abro una lectura comentada de Bourriaud en el diigo... si se puede, claro. besos!

    ResponderEliminar